Sostiene que los mbya son buenos preservadores de la selva. Puntualiza “fallas” en Ecología y Derechos Humanos. Cuestiona el intento de privatizar el agua
Lunes 5 Septiembre de 2011 |
Vasco Baigorri. | Ecologista
(Por Antonio Villalba). Como las comunidades guaraníes, cuyo destino es el de ser eternos caminantes de la selva, Vasco Baigorri desanda tras los pasos de estos buscadores de la “Tierra Sin Mal”.
Como integrante del Equipo de Misiones de la Pastoral Aborigen (Emipa), observa las luchas de los mbya por preservar sus costumbres y asegurar la tierra que habita, para proteger el árbol como el pan de la vida. Casi como mimetizándose con estos pueblos de caminantes, este ambientalista, escritor y fotógrafo retracta la lucha por el control del agua, advierte la extracción sin descanso de añosos árboles de las reservas como la Biósfera Yabotí y recuerda los efectos adversos de las represas, requiriendo definir el perfil de Provincia. Como los guaraníes, aprendió a recorrer los viejos senderos, y desde este conocimiento cuestiona la impericia de quienes deberían guiar a Misiones por el camino de la preservación. Sostiene que el Ministerio de Ecología de la tierra colorada tiene de por sí una importancia fundamental y Misiones es la única en tener esta dependencia, pero “tendría que servir” para una preservación mucho mayor. “Estamos entrando siempre en la Biósfera Yabotí, con el Emipa y es doloroso ver la cantidad de camiones que salen con madera nativa. Ahora hay una balanza de control en los miradores en la Ruta 2, pero hasta hace un tiempo no había y los camiones se movían con libertad. Los policías o los Guardaparques no tienen vehículos, ni combustibles o recursos. Lo que sí tienen es voluntad, una cuestión para rescatar. Se ve que el Ministerio falla”, advierte. “De qué vale parar un camión con árboles nativos, cuando ya está muerto, no es sólo un árbol que cae, sino todo un ecosistema”, dice.
¿Nunca fue buena la relación de ambientalistas y el Ministerio de Ecología?
Pasa más a veces por un desconocimiento de lo que los integrantes de los grupos podemos hacer. En los últimos años no ha habido un ministro de Ecología con la preparación que pueda tener cualquiera de los miembros de uno los grupos ambientales o ecologistas tradicionales. Formo parte de la agrupación “Cuña Pirú”, una de las más antiguas, reconocida tanto dentro como fuera del país, que trabaja muy en el tema de represas. No siempre tenemos los mismos espacios que pueden llegar a tener otros grupos que estén trabajando de otra manera, pero tenemos una formación de muchos años. Los dirigentes más representativos de los grupos ecologistas, llevamos muchos años en esto.
¿Los integrantes del Ministerio de Ecología no tienen el conocimiento de terreno como los ambientalistas?
No. No tienen. El cargo de ministro de Ecología es político, rara vez se busca un técnico o un especialista. Lo que se busca es un secretario del Gobernador que actúe como ministro. Del ministro para abajo hay gente muy preparada, eso es absolutamente cierto. Pero, cuál es el eco de la preparación de esa gente en la función de la preservación ambiental real, y más cuando tenemos impactos ambientales terribles, como la Ruta 2.
Ante las fallas observadas, ¿qué sugerencias tiene para una mejor preservación?
Uno de los puntos fundamentales sería que la reserva fuese una reserva seriamente hablando. La mejor preservación que se ha hecho hasta ahora, hasta los últimos años, ha sido por parte de los indígenas. No digo que los indígenas sean los mejores cuidadores de ambiente, pero han preservado varios siglos, el problema es cuando se dan ingerencias externas en las aldeas. La extracción tipo minera de la madera se ha dado a partir de la cuestión empresarial. Es que la empresa busca réditos y crecer económicamente, una visión distinta del indígena, sobre la utilización de forma racional.
¿Resulta tan difícil evitar la extracción de madera?
Hoy no. Cualquier fotografía satelital nos puede mostrar el control minuto a minuto. Además no se puede ingresar a la Biósfera por cualquier lado, hay cinco caminos. Ahora lo que estamos haciendo es reglamentar la extracción, pero seguimos con la extracción. Se sigue pensando desde el Ministerio en función de las empresas y no en la preservación. Ecología da guías y permite que se extraiga, reglamentando cómo hacerlo y no estamos eliminando la extracción. No se piensa en el impacto ambiental ni en el social social, como las comunidades indígenas que están viviendo en esa zona. Ellos hacen un uso real y efectivo de ese monte. También debemos prever qué Provincia queremos. Si se quiere una Provincia con producción minera del agua y del monte, y que los recursos naturales sean para servir a las empresas y no para un futuro ciudadano o del mundo, bueno esa será la provincia. Así como en su momento definimos con el voto que no queremos Corpus o la reelección indefinida, ahí marcamos dos perfiles de provincia.
¿Considera que el agua podría ser foco del próximo conflicto mundial?
Jacques Cousteau, dijo eso hace muchos años y nosotros lo escuchamos en Río de Janeiro que la tercera guerra mundial, sería por el agua. Va haber varios conflictos por el petróleo, mientras tanto. Ahora estamos jugando a frenar ese conflicto, “sembrando en lugar de comida, plantamos combustible”, ello para Estados Unidos y Europa, pero no para comer. Plantamos soja para aceite o alimento balanceado y somos los mayores exportadores. El tema del agua, primero la tenemos cada vez más contaminada y es cada vez más caro potabilizarla. Sin dudas el conflicto es cada vez mayor, pero espero que nunca lleguemos a lo que presagiaba Cousteau.
Pero hay alarmas y tratemos de no ser ciegos, hay lamparitas rojas que se nos están prendiendo, como el movimiento de militares de Estados Unidos en Paraguay y zona cercana a la Argentina. Estaban supuestamente haciendo estudios sobre enfermedades subtropicales, hubo denuncias de grupos ecologistas de Paraguay y acá estamos jugando a privatizar el agua. Es una mentira increíble del precio de agua en el mundo. Tal como el exdiputado provincial (Jorge) Galeano dando cifras de valores increíbles del litro de agua. El grupo Cuña Pirú hizo un análisis en 17 países, sobre el precio del agua en los supermercados para presentárselo a Galeano. Se busca privatizar el agua cuando es un bien social, un derecho humano. Una cosa es que el Estado le cobre por potabilizar el agua un monto y otra es que haya una empresa privada dueña del agua. Aunque la empresa sea provincial, sigue jugando a ser una empresa privada y acostumbrando a la gente que el agua se compra y el agua no se compra, es un derecho inalienable.
A propósito de aprovechamiento de agua, ustedes desde el movimiento tienen una clara postura contraria a las represas.
Tenemos una visión absolutamente clara de los megaemprendimientos hidroeléctricos. No creemos que sean positivos, ni económica ni políticamente, ni ambientalmente positivos. El pueblo de Misiones votó el “No a Corpus” en todo el río Paraná. El plebiscito fue sobre el río Paraná y la población de Misiones ganó ese plebiscito y no podría haber represa en todo el río Paraná. También se evita llamar a un plebiscito igual para Garabí-Roncador. Cuando el pueblo de Misiones no está votando cuestiones políticas que puedan significar su trabajo o su plan, cuando tiene libertad de votar y se sale del marco partidario, el poder no ganó nunca. Nosotros estamos absolutamente opuestos a Garabí y Roncador, por muchísimos motivos. Hay un estudio de un impacto ambiental de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y porqué todo eso se tapó. ¿Y qué pasó con comunidades indígenas de Itaipú; qué pasó con las comunidades indígenas de Yacyretá; qué es lo que queremos hacer en el río Uruguay y qué sentido tiene para nosotros? ¿Ituzaingó creció? La electricidad no la tienen gratis, ni desarrollo y eso se replica en todos los lugares de represas.
¿Qué le responde a aquellos que demandan más energía para producir o tener un mayor estándar de vida?
Una cosa es estándar de vida y otra calidad de vida ¿Este impacto ambiental y costo social, político que tendría esa represa, realmente es el costo que queremos pagar? De esa energía, cuál es el porcentaje para que se siga desarrollando Brasil y cuál para la Argentina. Cuando se habla de “X” cantidad de pesos para el pueblo, mi pregunta es si el fin justifica los medios ¿Esa tierra bajo el agua qué nivel productivo tiene? Las enfermedades que además se provocan, el desarraigo que se produce y ni siquiera estamos pensando a futuro, cómo podemos desarrollarnos de otra forma. El primer punto es lo que haría en cualquier casa. No me alcanza el presupuesto y lo que hago es ver qué gasto superfluo tengo y ahorrar. Si tan sólo no se desperdiciase energía, ya se tendría un nivel distinto. El ciudadano se queda en medio de dos posiciones. Una la posibilidad de concretar represas planteadas por los gobiernos de Argentina y Brasil y otra, el no rotundo de los ambientalistas. Hay cuestiones intermedias; otras formas de producir energía. La primera es el ahorro. No vamos hablar de energía eólica en Misiones, pero sí en otros lugares, como en la Patagonia. Y así como esta energía entraría en una distribución nacional, la otra también podría entrar en la misma. Hay quienes sostienen que los ecologistas no quieren entender que los molinos generadores de energía son asesinos de pájaros. Y las represas son asesinos de peces. Tenemos la posibilidad de la energía solar y el Gobierno podría abaratar con impuestos, premiar a los que tienen un panel solar en su casa. Esto disminuye el consumo de energía. Hacemos que se tenga un plasma, pero no hacemos que tengan paneles solares.
¿Tuvieron, como ambientalistas, oportunidad de plantear estas situaciones de manera frontal al Gobierno?
Ha habido conversaciones muchas veces, pero nunca hemos tenido la oportunidad de sentarnos con el Gobierno y con el que va a decidir y, poner en la balanza los pro y los contra. Y cuando se hizo una reunión en Posadas casi no tuvimos la posibilidad de hablar.
Si se toma en cuenta las posturas de los presidentes de Argentina y Brasil, todo hace suponer que es casi inevitable la concreción de la represa.
No, porque la Constitucional Nacional establece que las provincias son dueñas de sus recursos naturales. Y sobre eso, lo que opine la Nación o deje de opinar la Nación, nunca debería pasar sobre lo que dice la Constitución. Hubo una época de mi vida que pensé que la Constitución era intocable, inviolable, pero hoy ya no me atrevo a decirlo con tanta seguridad.
¿Entonces, tiene esperanzas que no se concrete Garabí?
Sí, nosotros creemos que Brasil va a tratar de avanzar, porque hay muchas diferencias. Pero no se están viendo algunas realidades legales y jurídicas indígenas. Hay comunidades que van a ser afectadas. La Ley 26.160 establece que se debe marcar el espacio de ocupación de estas comunidades que se van a ver afectado. Y está el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución Nacional que establece que en cualquier cuestión que los afecte directamente, éstos deben ser consultados. Es uno de los puntos que no está tomando en cuenta la visión global de lo político. Tampoco creo que se vaya animar el poder político a votar “motus propios” la construcción de Garabí. Lo primero que se debería hacer aparte de un estudio ambiental serio y que la sociedad esté verazmente informada, es justamente preguntar a la sociedad si quiere o no represas.
Usted planteó que el Ministerio de Derechos Humanos tiene cierta sordera en cuanto a los reclamos de los aborígenes, ¿a qué se refirió y cuáles son esos reclamos?
Creo que es un problema general, el autismo, la sordera del poder. El reclamo permanente que tienen las comunidades respecto a la Dirección General de Asuntos Guaraníes, dependiendo directamente del Ministerio de Derechos Humanos y la no respuesta, el silencio, ante los numerosos reclamos. Uno de los reclamos habituales, es la injerencia en la vida política de las comunidades a partir del Ministerio de Derechos Humanos, por vía de la Dirección de Asuntos Guaraníes. La Dirección, no acompaña a los indígenas en sus reclamos, como en el juicio contra la Universidad Nacional de La Plata acá sobre la Ruta 7, porque ese predio de 6.234 hectáreas está en juicio, porque fue donado a la Universidad con las comunidades viviendo ancestralmente. La postura de la Dirección no es sumarse o acompañar a estas comunidades, al contrario en su momento acompañaron a la Universidad.
Para la obtención de títulos de propiedad para estas comunidades, ¿ha colaborado la Dirección?
No. En ninguna. De las 104 comunidades que hay, unos 25 tienen títulos de propiedades de tierras que no son aptas o no suficientes y a la inversa. No están acompañando a las comunidades, para reclamar o ver cómo obtienen estas tierras. Lo que se está pidiendo es restitución. Y por eso las comunidades no sienten que los acompañen, no se sienten representados, a la Dirección no la sienten al lado sino enfrente. Pasa lo mismo con la documentación que ahora se está resolviendo con un Decreto Presidencial y la presión constante de los caciques exigiendo la documentación.
¿Siempre pidieron contar con documento de identidad?
No siempre fue una exigencia. Una época que a las comunidades mucho no les interesaba o importaba, pero ahora en general los más jóvenes, los nuevos caciques, están dándose cuenta que lo precisan. Es para acceder al servicio de salud, para que se cumplan derechos constitucionales como la escuela bilingüe, para salir de la primaria a la secundaria y a la facultad, necesitan documentos. Esto ha impactado fuertemente en la cultura. Antes las mujeres tenían hijos en la comunidad y ahora van al Hospital, porque esa es la forma que consigue que los chicos tengan documentos cuando nacen. Esto rompió toda una cuestión natural de la forma de nacimiento, llevado por la necesidad de conseguir ese documento.
¿Mejoró el nivel de vida de las comunidades?
Creo que no. Las comunidades que se mantienen muy fuertes, muy duras en su sistema de vida son las que viven más retiradas en Biósfera. No creo que haya mejorado, porque cada día hay más presión del sistema empresario, del sistema político. Sí creo que la sociedad en su conjunto ha cambiado y está cambiando su visión hacia el indígena. En este momento, hay un consenso social, se los va respetando más y entendiendo más que es un grupo social que tiene sus derechos e historia diferente y se lo acepta como tal.
¿Y están dispuestos al asentamiento definitivo, al ser históricamente comunidades nómades?
Hay familias que siguen moviéndose. Jóvenes que van de un lado al otro, pero posiblemente no tengamos una comunidad que se mueva en su conjunto. Pero sí siguen existiendo la unión cruzando al Brasil y Paraguay. Algunas se mudan, por bienestar, en otros casos por presiones.
Por lo tanto, la única forma de asegurar el bienestar de las comunidades, es el acceso a la tierra que marca la Constitucional Nacional, que sea respetada y apoyada por el organismo provincial. Asuntos Guaraníes debería haber apoyado y exigido que se cumpla con esa Ley, que es lo que reclaman las comunidades y no lo ha hecho. Por eso no se sienten acompañadas y han pedido en más de una oportunidad, la renuncia del director.
El perfil
• Vasco Baigorri
Poeta, escritor y licenciado en Periodismo. Nació en 1950, en Tandil, provincia de Buenos Aires, afincado en Aristóbulo del Valle. Como escritor obtuvo la “Faja de Honor de la Sade” (2000) y el “Árbol de las Letras” de la Asociación de Escritores de San Vicente.
Miembro fundador de la Fundación para la Cultural Argentina. Es director de Equipo Misionero Pastoral Aborigen (Emipa) que trabaja con las comunidades mbya guaraní. Tanto su poesía, cuanto su prosa están comprometidas con su preocupación apasionada por las causas ambientalistas y los derechos de las etnias originarias. http://www.territoriodigital. com/notaimpresa.aspx?c= 6004036185030391
Como integrante del Equipo de Misiones de la Pastoral Aborigen (Emipa), observa las luchas de los mbya por preservar sus costumbres y asegurar la tierra que habita, para proteger el árbol como el pan de la vida. Casi como mimetizándose con estos pueblos de caminantes, este ambientalista, escritor y fotógrafo retracta la lucha por el control del agua, advierte la extracción sin descanso de añosos árboles de las reservas como la Biósfera Yabotí y recuerda los efectos adversos de las represas, requiriendo definir el perfil de Provincia. Como los guaraníes, aprendió a recorrer los viejos senderos, y desde este conocimiento cuestiona la impericia de quienes deberían guiar a Misiones por el camino de la preservación. Sostiene que el Ministerio de Ecología de la tierra colorada tiene de por sí una importancia fundamental y Misiones es la única en tener esta dependencia, pero “tendría que servir” para una preservación mucho mayor. “Estamos entrando siempre en la Biósfera Yabotí, con el Emipa y es doloroso ver la cantidad de camiones que salen con madera nativa. Ahora hay una balanza de control en los miradores en la Ruta 2, pero hasta hace un tiempo no había y los camiones se movían con libertad. Los policías o los Guardaparques no tienen vehículos, ni combustibles o recursos. Lo que sí tienen es voluntad, una cuestión para rescatar. Se ve que el Ministerio falla”, advierte. “De qué vale parar un camión con árboles nativos, cuando ya está muerto, no es sólo un árbol que cae, sino todo un ecosistema”, dice.
¿Nunca fue buena la relación de ambientalistas y el Ministerio de Ecología?
Pasa más a veces por un desconocimiento de lo que los integrantes de los grupos podemos hacer. En los últimos años no ha habido un ministro de Ecología con la preparación que pueda tener cualquiera de los miembros de uno los grupos ambientales o ecologistas tradicionales. Formo parte de la agrupación “Cuña Pirú”, una de las más antiguas, reconocida tanto dentro como fuera del país, que trabaja muy en el tema de represas. No siempre tenemos los mismos espacios que pueden llegar a tener otros grupos que estén trabajando de otra manera, pero tenemos una formación de muchos años. Los dirigentes más representativos de los grupos ecologistas, llevamos muchos años en esto.
¿Los integrantes del Ministerio de Ecología no tienen el conocimiento de terreno como los ambientalistas?
No. No tienen. El cargo de ministro de Ecología es político, rara vez se busca un técnico o un especialista. Lo que se busca es un secretario del Gobernador que actúe como ministro. Del ministro para abajo hay gente muy preparada, eso es absolutamente cierto. Pero, cuál es el eco de la preparación de esa gente en la función de la preservación ambiental real, y más cuando tenemos impactos ambientales terribles, como la Ruta 2.
Ante las fallas observadas, ¿qué sugerencias tiene para una mejor preservación?
Uno de los puntos fundamentales sería que la reserva fuese una reserva seriamente hablando. La mejor preservación que se ha hecho hasta ahora, hasta los últimos años, ha sido por parte de los indígenas. No digo que los indígenas sean los mejores cuidadores de ambiente, pero han preservado varios siglos, el problema es cuando se dan ingerencias externas en las aldeas. La extracción tipo minera de la madera se ha dado a partir de la cuestión empresarial. Es que la empresa busca réditos y crecer económicamente, una visión distinta del indígena, sobre la utilización de forma racional.
¿Resulta tan difícil evitar la extracción de madera?
Hoy no. Cualquier fotografía satelital nos puede mostrar el control minuto a minuto. Además no se puede ingresar a la Biósfera por cualquier lado, hay cinco caminos. Ahora lo que estamos haciendo es reglamentar la extracción, pero seguimos con la extracción. Se sigue pensando desde el Ministerio en función de las empresas y no en la preservación. Ecología da guías y permite que se extraiga, reglamentando cómo hacerlo y no estamos eliminando la extracción. No se piensa en el impacto ambiental ni en el social social, como las comunidades indígenas que están viviendo en esa zona. Ellos hacen un uso real y efectivo de ese monte. También debemos prever qué Provincia queremos. Si se quiere una Provincia con producción minera del agua y del monte, y que los recursos naturales sean para servir a las empresas y no para un futuro ciudadano o del mundo, bueno esa será la provincia. Así como en su momento definimos con el voto que no queremos Corpus o la reelección indefinida, ahí marcamos dos perfiles de provincia.
¿Considera que el agua podría ser foco del próximo conflicto mundial?
Jacques Cousteau, dijo eso hace muchos años y nosotros lo escuchamos en Río de Janeiro que la tercera guerra mundial, sería por el agua. Va haber varios conflictos por el petróleo, mientras tanto. Ahora estamos jugando a frenar ese conflicto, “sembrando en lugar de comida, plantamos combustible”, ello para Estados Unidos y Europa, pero no para comer. Plantamos soja para aceite o alimento balanceado y somos los mayores exportadores. El tema del agua, primero la tenemos cada vez más contaminada y es cada vez más caro potabilizarla. Sin dudas el conflicto es cada vez mayor, pero espero que nunca lleguemos a lo que presagiaba Cousteau.
Pero hay alarmas y tratemos de no ser ciegos, hay lamparitas rojas que se nos están prendiendo, como el movimiento de militares de Estados Unidos en Paraguay y zona cercana a la Argentina. Estaban supuestamente haciendo estudios sobre enfermedades subtropicales, hubo denuncias de grupos ecologistas de Paraguay y acá estamos jugando a privatizar el agua. Es una mentira increíble del precio de agua en el mundo. Tal como el exdiputado provincial (Jorge) Galeano dando cifras de valores increíbles del litro de agua. El grupo Cuña Pirú hizo un análisis en 17 países, sobre el precio del agua en los supermercados para presentárselo a Galeano. Se busca privatizar el agua cuando es un bien social, un derecho humano. Una cosa es que el Estado le cobre por potabilizar el agua un monto y otra es que haya una empresa privada dueña del agua. Aunque la empresa sea provincial, sigue jugando a ser una empresa privada y acostumbrando a la gente que el agua se compra y el agua no se compra, es un derecho inalienable.
A propósito de aprovechamiento de agua, ustedes desde el movimiento tienen una clara postura contraria a las represas.
Tenemos una visión absolutamente clara de los megaemprendimientos hidroeléctricos. No creemos que sean positivos, ni económica ni políticamente, ni ambientalmente positivos. El pueblo de Misiones votó el “No a Corpus” en todo el río Paraná. El plebiscito fue sobre el río Paraná y la población de Misiones ganó ese plebiscito y no podría haber represa en todo el río Paraná. También se evita llamar a un plebiscito igual para Garabí-Roncador. Cuando el pueblo de Misiones no está votando cuestiones políticas que puedan significar su trabajo o su plan, cuando tiene libertad de votar y se sale del marco partidario, el poder no ganó nunca. Nosotros estamos absolutamente opuestos a Garabí y Roncador, por muchísimos motivos. Hay un estudio de un impacto ambiental de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) y porqué todo eso se tapó. ¿Y qué pasó con comunidades indígenas de Itaipú; qué pasó con las comunidades indígenas de Yacyretá; qué es lo que queremos hacer en el río Uruguay y qué sentido tiene para nosotros? ¿Ituzaingó creció? La electricidad no la tienen gratis, ni desarrollo y eso se replica en todos los lugares de represas.
¿Qué le responde a aquellos que demandan más energía para producir o tener un mayor estándar de vida?
Una cosa es estándar de vida y otra calidad de vida ¿Este impacto ambiental y costo social, político que tendría esa represa, realmente es el costo que queremos pagar? De esa energía, cuál es el porcentaje para que se siga desarrollando Brasil y cuál para la Argentina. Cuando se habla de “X” cantidad de pesos para el pueblo, mi pregunta es si el fin justifica los medios ¿Esa tierra bajo el agua qué nivel productivo tiene? Las enfermedades que además se provocan, el desarraigo que se produce y ni siquiera estamos pensando a futuro, cómo podemos desarrollarnos de otra forma. El primer punto es lo que haría en cualquier casa. No me alcanza el presupuesto y lo que hago es ver qué gasto superfluo tengo y ahorrar. Si tan sólo no se desperdiciase energía, ya se tendría un nivel distinto. El ciudadano se queda en medio de dos posiciones. Una la posibilidad de concretar represas planteadas por los gobiernos de Argentina y Brasil y otra, el no rotundo de los ambientalistas. Hay cuestiones intermedias; otras formas de producir energía. La primera es el ahorro. No vamos hablar de energía eólica en Misiones, pero sí en otros lugares, como en la Patagonia. Y así como esta energía entraría en una distribución nacional, la otra también podría entrar en la misma. Hay quienes sostienen que los ecologistas no quieren entender que los molinos generadores de energía son asesinos de pájaros. Y las represas son asesinos de peces. Tenemos la posibilidad de la energía solar y el Gobierno podría abaratar con impuestos, premiar a los que tienen un panel solar en su casa. Esto disminuye el consumo de energía. Hacemos que se tenga un plasma, pero no hacemos que tengan paneles solares.
¿Tuvieron, como ambientalistas, oportunidad de plantear estas situaciones de manera frontal al Gobierno?
Ha habido conversaciones muchas veces, pero nunca hemos tenido la oportunidad de sentarnos con el Gobierno y con el que va a decidir y, poner en la balanza los pro y los contra. Y cuando se hizo una reunión en Posadas casi no tuvimos la posibilidad de hablar.
Si se toma en cuenta las posturas de los presidentes de Argentina y Brasil, todo hace suponer que es casi inevitable la concreción de la represa.
No, porque la Constitucional Nacional establece que las provincias son dueñas de sus recursos naturales. Y sobre eso, lo que opine la Nación o deje de opinar la Nación, nunca debería pasar sobre lo que dice la Constitución. Hubo una época de mi vida que pensé que la Constitución era intocable, inviolable, pero hoy ya no me atrevo a decirlo con tanta seguridad.
¿Entonces, tiene esperanzas que no se concrete Garabí?
Sí, nosotros creemos que Brasil va a tratar de avanzar, porque hay muchas diferencias. Pero no se están viendo algunas realidades legales y jurídicas indígenas. Hay comunidades que van a ser afectadas. La Ley 26.160 establece que se debe marcar el espacio de ocupación de estas comunidades que se van a ver afectado. Y está el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), más el Artículo 75, Inciso 17 de la Constitución Nacional que establece que en cualquier cuestión que los afecte directamente, éstos deben ser consultados. Es uno de los puntos que no está tomando en cuenta la visión global de lo político. Tampoco creo que se vaya animar el poder político a votar “motus propios” la construcción de Garabí. Lo primero que se debería hacer aparte de un estudio ambiental serio y que la sociedad esté verazmente informada, es justamente preguntar a la sociedad si quiere o no represas.
Usted planteó que el Ministerio de Derechos Humanos tiene cierta sordera en cuanto a los reclamos de los aborígenes, ¿a qué se refirió y cuáles son esos reclamos?
Creo que es un problema general, el autismo, la sordera del poder. El reclamo permanente que tienen las comunidades respecto a la Dirección General de Asuntos Guaraníes, dependiendo directamente del Ministerio de Derechos Humanos y la no respuesta, el silencio, ante los numerosos reclamos. Uno de los reclamos habituales, es la injerencia en la vida política de las comunidades a partir del Ministerio de Derechos Humanos, por vía de la Dirección de Asuntos Guaraníes. La Dirección, no acompaña a los indígenas en sus reclamos, como en el juicio contra la Universidad Nacional de La Plata acá sobre la Ruta 7, porque ese predio de 6.234 hectáreas está en juicio, porque fue donado a la Universidad con las comunidades viviendo ancestralmente. La postura de la Dirección no es sumarse o acompañar a estas comunidades, al contrario en su momento acompañaron a la Universidad.
Para la obtención de títulos de propiedad para estas comunidades, ¿ha colaborado la Dirección?
No. En ninguna. De las 104 comunidades que hay, unos 25 tienen títulos de propiedades de tierras que no son aptas o no suficientes y a la inversa. No están acompañando a las comunidades, para reclamar o ver cómo obtienen estas tierras. Lo que se está pidiendo es restitución. Y por eso las comunidades no sienten que los acompañen, no se sienten representados, a la Dirección no la sienten al lado sino enfrente. Pasa lo mismo con la documentación que ahora se está resolviendo con un Decreto Presidencial y la presión constante de los caciques exigiendo la documentación.
¿Siempre pidieron contar con documento de identidad?
No siempre fue una exigencia. Una época que a las comunidades mucho no les interesaba o importaba, pero ahora en general los más jóvenes, los nuevos caciques, están dándose cuenta que lo precisan. Es para acceder al servicio de salud, para que se cumplan derechos constitucionales como la escuela bilingüe, para salir de la primaria a la secundaria y a la facultad, necesitan documentos. Esto ha impactado fuertemente en la cultura. Antes las mujeres tenían hijos en la comunidad y ahora van al Hospital, porque esa es la forma que consigue que los chicos tengan documentos cuando nacen. Esto rompió toda una cuestión natural de la forma de nacimiento, llevado por la necesidad de conseguir ese documento.
¿Mejoró el nivel de vida de las comunidades?
Creo que no. Las comunidades que se mantienen muy fuertes, muy duras en su sistema de vida son las que viven más retiradas en Biósfera. No creo que haya mejorado, porque cada día hay más presión del sistema empresario, del sistema político. Sí creo que la sociedad en su conjunto ha cambiado y está cambiando su visión hacia el indígena. En este momento, hay un consenso social, se los va respetando más y entendiendo más que es un grupo social que tiene sus derechos e historia diferente y se lo acepta como tal.
¿Y están dispuestos al asentamiento definitivo, al ser históricamente comunidades nómades?
Hay familias que siguen moviéndose. Jóvenes que van de un lado al otro, pero posiblemente no tengamos una comunidad que se mueva en su conjunto. Pero sí siguen existiendo la unión cruzando al Brasil y Paraguay. Algunas se mudan, por bienestar, en otros casos por presiones.
Por lo tanto, la única forma de asegurar el bienestar de las comunidades, es el acceso a la tierra que marca la Constitucional Nacional, que sea respetada y apoyada por el organismo provincial. Asuntos Guaraníes debería haber apoyado y exigido que se cumpla con esa Ley, que es lo que reclaman las comunidades y no lo ha hecho. Por eso no se sienten acompañadas y han pedido en más de una oportunidad, la renuncia del director.
El perfil
• Vasco Baigorri
Poeta, escritor y licenciado en Periodismo. Nació en 1950, en Tandil, provincia de Buenos Aires, afincado en Aristóbulo del Valle. Como escritor obtuvo la “Faja de Honor de la Sade” (2000) y el “Árbol de las Letras” de la Asociación de Escritores de San Vicente.
Miembro fundador de la Fundación para la Cultural Argentina. Es director de Equipo Misionero Pastoral Aborigen (Emipa) que trabaja con las comunidades mbya guaraní. Tanto su poesía, cuanto su prosa están comprometidas con su preocupación apasionada por las causas ambientalistas y los derechos de las etnias originarias. http://www.territoriodigital.
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