EL MOSQUIAVISA
Juan Yahdjian, con la colaboración de Horacio Goytía, Eldorado, Misiones, Diciembre 2009
Soy un mosquito misionero y hablo en nombre de los muchos que somos, para que nos conozcan y sepan lo que hacemos y porqué. Me llaman el mosquiavisa, porque picamos para avisar.
Se nos acusa de cantidad de enfermedades que transmitimos, y es cierto, pero quiero explicarles a los humanos, que siempre lo hicimos para su bien. Para “avisar”, para que sepan y se den cuenta de los errores y hasta barbaridades que cometen.
Dicen los humanos que son científicos, pero desconocen cosas simples. Por ejemplo, que nosotros, los mosquiavisa nos criamos en agua estancada y si los picamos con algún virus, es porque la naturaleza nos usa para avisarles, pero recién se preocupan ante epidemias, como cuando aparecen casos de dengue en la Región o tienen leishmaniasis la mayoría de perros o cuando les toca a los mismos humanos la leishmaniasis, o les avisamos con la fiebre amarilla.
Entonces señores humanos, no es verdad que los mosquitos somos unos inútiles o casi una maldición, les estamos gritando “che no represen el río, formando charcos, por acá y allá, dense cuenta de una vez”!!! Por ser mosquis, servimos para mucho, para avisarles y sensibilizarlos. Para que no sigan frenando la circulación del agua, que es vital, por eso, al hablar de paludismo, dengue, fiebre amarilla o leishmaniasis, se habla de enfermedades del agua, de las represas.
Si picamos y no avisamos, sino enfermamos, ni se avivan los humanos, aunque los funcionarios y otros tantos o tontos no se dan por aludidos, miran para otro lado.
Tendremos que seguir enfermando o haciendo más graves los cuadros, digamos unos buenos casos de leishmaniasis cutánea y algún que otro cuadro de leishmaniasis visceral como aviso, así dejan que los ríos sigan viviendo sanamente.
Y también picamos a los que tienen otras enfermedades de las represas ( alergias, lesiones de la piel , bronquios tomados) les avisamos con dengue, fiebre amarailla o leishmaniasis, para que se preocupe más y así nos hacemos la ilusión que van a entender.
No se dan cuenta que muchos perros de Posadas, Encarnación y más allá, o sea toda la Región, tienen leishmaniasis, un aviso nuestro. Para que se enteren que modificar los ríos baja las defensas de perros y humanos y perjudica todo lo que es vida. Ellos mismos se agreden, nosotros cumplimos con avisarles.
¿No se dan cuenta que todo se agravó cuando comenzó el aumento de la cota de Yacyretá y se empezó a inundar y estancar el agua? es tan evidente...¿ Cómo puede ser que no relacionen?, Desde la Costanera de Posadas se ven los charcos que se van formando y ahí nos reproducimos los mosquiavisa.
Los caracoles también avisan, con la esquistosomiasis (enfermedad de las represas), pero tienen menos prensa que nosotros.
Los humanos nos facilitan la tarea, gracias al ataque que hacen al río, Modifican la biodiversidad de toda la región y les bajan las defensas y se enferman con facilidad
Tienen menos pesca, porque el agua no corre, no se carga de oxígeno y sin oxígeno no hay vida, los peces no se reproducen y muchos mueren (mortandad de peces).
Sin embargo siguen insistiendo con otras grandes represas, Corpus, Garabí, Roncador, San Pedro y Bajo Iguazú, sí el de Cataratas, quieren arruinar todo …!! Habían prometido que con Yacyretá nos traía energía abundante y barata de la Región, pero resulta que la pagamos más cara que los porteños, hay menos trabajo y más pobreza.
Y hablan de campañas para eliminar agua de las macetas y cubiertas, el agua estancada por las represas, son millones y millones de macetas todas juntas. La mejor campaña sería no construir más represas, como votaron un 90% de misioneros, en el 96, en un plebiscito vinculante.
Aumenta la sedimentación del agua estancada y por debajo se llenan las represas de barro y arena. Y por eso la Comisión Mundial de Represas y la Organización Mundial de la Salud desaconseja las megarepresas en latitudes tropicales y subtropicales, como la nuestra.
Es mentira que las represas es “energía limpia”, cuando inunda las plantas se descomponen y desprenden gas metano, aumenta el efecto invernadero, destruyen las costas y el paisaje, desplazan a las familias y arruinan sus vidas para siempre, entre tantos otros males..
Los humanos guaraníes dicen que la circulación del agua fluye en el Planeta, como la de la sangre en nosotros, cuando se obstruye una vena o una arteria se enferma todo el cuerpo, lo mismo pasa cuando se represa el río, se enferma y va muriendo toda su vida, de toda la cuenca.
Y para peor los humanos nos persiguen con sus fumigaciones, nosotros aprovechamos para crear resistencias y ellos también se envenenan y bajan más sus defensas (les aconsejo leer agrotóxicos y venenos en general, en el blog de juancito). Igual seguimos con el “aviso”, o sea los ayudamos inoculándoles dengue, fiebre amarilla, leishmaniasis y otras, con la esperanza que algún día despierten y nos agradezcan.
COMO MOSQUIAVISA CREÍ QUE LOS HUMANOS ERAN MÁS HUMANOS.
Escuché, de ellos, que los que deciden se favorecen con el aumento de la cota de Yaciretá, con la construcción de Corpus y la Hidrovía Paraguay-Parana´(HPP). Los gobiernos, nacional y provinciales, las empresas constructoras, las que explotan las represas, las que exportan los productos primarios, los bancos etc. Son los que deciden, impulsan y se favorecen con las megaobras, sin consultar a la gente, a los que se enferman, a los perjudicados, a todos los humanos de la región. Yaciretá y Corpus aumentan la profundidad del Río y facilitan la construcción de la Hidrovía, pero será la muerte del Paraná y de toda la vida de su cuenca. Nosotros tendremos para reproducirnos, pero nos gustaría no seguir avisando y solo picar para vivir. También escuché que la HPP es la mejor forma de llevarse el hierro, que abunda en el Sur de Brasil, la soja de toda la zona, la madera, la pasta de papel y muchos otros, que se llaman commodities.
Los mosquis usamos energía solar, como todo ser vivo. No podrán hacer lo mismo los humanos? Porque nos enteramos que si todos usan la energía de los del primer mundo, el Planeta salta por los aires, todo quemadito. Algunos usan y otros sufren. Nosotros avisamos y Ellos se enferman y siguen usando energía para cualquier cosa. Y ni piensan que están perjudicando a TODOS los seres vivos.
Los que dominan y deciden también se enferman, pero prefieren el dinero, el poder, antes de su salud y sus vidas.
Y creen que se salvan de nosotros, porque tienen mucha plata y casas cerradas, con aire acondicionado, donde no podemos entrar. Pero igual nos arreglamos para picarlos, en la Costanera, en alguna playa o mismo en la calle, tenemos el deber de avisarles.
El gobierno “alerta” por la posible epidemia de dengue, pero mejor si alerta por la construcción de otras represas. Yacytetá avisó también, con un temblor telúrico, que según escuché dejó una fisura en la Represa, la prensa hace oídos sordos, en cambio de informar y ver la relación entre el mayo peso del agua, por aumento de la cota, favorecido por las crecientes del Río, más el peso de toda la estructura, del puro cemento. Hablan de fallas de la capa basáltica, en mi modesta opinión de mosqui, la falla es de los que siguen insistiendo en nuevas represas. Todos avisamos y nadie nos escucha…son sordos los humanos? Son kamicazis?, prefieren su propia destrucción?
El mosquiavisa, alias Juan Yahdjian, médico, miembro del Movimiento Social Misiones, del Espacio Ecuménico y del Foro de Pensamiento y Construcción Social: forodepensamientoyconstruccion
[Más abajo se incluyen archivos adjuntos de Carlos A. Vicente - GRAIN]
Comunidades indígenas y campesinas de los departamentos 25 de Mayo y Lavalle, ubicados en las provincias argentinas de San Juan y Mendoza respectivamente, realizaron el miércoles último un corte de la Ruta Nacional20 a la altura de la localidad sanjuanina de El Encón. Pedían la intervención de los gobiernos locales para que se garantice el caudal mínimo de agua que lleva el Río San Juan -que permite la vida en la zona-, y la apertura de una mesa de diálogo que busque una solución a la sequía.
«El agua es considerada como una mercancía y sólo los que tienen dinero acceden a ella, mientras que a los campesinos lo único que nos queda es el éxodo rural hacia las ciudades para engrosar las villas miseria», denunció la Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra (UST) en un comunicado de prensa[1]. La UST inició un plan de lucha y una campaña para que se cumpla con la función social y ecológica de los ríos y con el derecho humano al agua.
La reducción del caudal del río dificulta la producción de más de 400 familias rurales en la región de Cuyo. La pérdida de biodiversidad y el avance de la desertificación resultan en la disminución de las pasturas y el deterioro de la fauna y flora nativa. La economía campesina sufre «uno de los peores momentos de la historia» y el sistema de distribución de agua es inequitativo. El líquido vital, explicó la UST, es priorizado para el «desarrollo» de las empresas mineras y los agronegocios de la vid y el olivo, «muchos de ellos en manos privadas».
«El Río Mendoza y el Río San Juan deben mantener un caudal mínimo con aguas aptas para sostener el complejo de lagunas y ciénagas declarado sitio Ramsar y garantizar la vida y la economía de las comunidades que se asientan sobre ambos ríos y sus ciénagas», reclamaron desde la organización.
Carolina Araya es una joven militante de la UST de la comunidad El Encón. Desde territorio mendocino, y a pasos de terminar su profesorado en Biología, conversó con la Agencia de Noticias Biodiversidadla. «Estamos viendo de seguir nuestro plan de lucha para que el agua sea para todos y no sólo para algunos. Nos tenemos que juntar para ver cómo sigue el plan de lucha», dijo al evaluar el infructuoso intento por dialogar con los funcionarios provinciales.
―¿Cuál es la situación que están viviendo en la zona?
Araya.―Bueno, lo que pasa es que esto de la sequía se suma al problema del Río San Juan, que históricamente abasteció las aguas de la zona, de los humedales, y hoy viene prácticamente seco debido a que el avance de los agronegocios, como la vid y el olivo, y las mineras, es lo que tiene prioridad en los gobiernos a la hora de distribuirse el agua. Tambien se ve afectada la materialización del agua por los diques de Ullum y Caracoles. Una gran consecuencia es la disminución del caudal del río (San Juan), que ha afectado la vida cotidiana de la zona para la pastura de los animales, más que nada caprinos, que es de lo que vive la gente, es el único ingreso que tiene. Aparte de todo esto, se ve afectada la flora y fauna nativa, se está perdiendo la biodiversidad por el avance de la desertificación.
―Esto que comentás de los diques Ullum y Caracoles, ¿a qué se debe?
Araya.―En lo que es la zona de Cuyo no llueve muchísima cantidad como para que los cultivos agrícolas como la vid o el olivo puedan estar, para que tengan el agua que necesitan. Entonces, lo que se hace son diques donde se distribuye el agua, y ésta, se distribuye generalmente a los que tengan mayor ingreso y que puedan pagar ese «turno» de agua.
―¿Las 400 familias que se ven afectadas por la falta de agua pertenecen a Mendoza?, ¿hay familias de San Juan?, ¿se movilizaron juntas?
Araya.―Es en conjunto, las 400 familias son de la parte de San Juan y de la parte de Mendoza, y también está afectada una parte de San Luis. En realidad, toda esa zona es la zona más rural donde está la producción caprina, y el agua que viene del Río San Juan es la que provee a esta flora para que puedan ser alimentados estos animales. La Ruta 20, que es nacional, está del lado de San Juan, la movilización se hizo de ese lado y había también gente de San Luis.
―Tanto el cultivo de la vid como del olivo son actividades emblemáticas en la región cuyana, ¿cuál es la realidad que están viviendo en relación a estos cultivos?
Araya.―En realidad la vid y el olivo fue una cuestión que se introdujo. No es lo cotidiano. Es lo que se ve por todos los medios de comunicación con eso de «los mejores vinos» y todo eso. En realidad, solamente el 5% de toda Mendoza está producida por vid, lo que es el oasis, y todo lo otro, el 95%, en realidad es el desierto. Ahí es donde está la producción caprina que en realidad es una de las actividades que hay en la zona; la vid es una de las menos, pero es la que más consume agua, una de las principales junto a otras como el olivo. En San Juan, más que nada son las mineras; todas estas trasnacionales sólo dejan regalías del 3% de las ganancias. Todos los métodos que utilizan son contaminantes y destruyen todo lo que es el ambiente sin cuidar la naturaleza.
―Antes de este período de sequía, ¿la distribución del agua también era injusta?
Araya.―Siempre ha sido injusta la distribución del agua. Solamente la pueden tener algunas grandes multinacionales o empresas y bodegas. Muchas de las familias campesinas e indígenas se ven afectadas y lo que está pasando ahora con la sequía ahonda la realidad que se está viviendo.
―¿Cuál es la forma de sustento que tienen en este momento las familias campesinas?, ¿dependen de la cría de animales?
Araya.―Sí, la mayoría de la cría de cabras y en realidad todo lo que se puede hacer con la cabra, como dulce de leche y queso que se venden en la zona. No hay agua para consumo humano, no hay red de agua potable para el consumo. Generalmente, los camiones cisterna son los que llevan el agua potable a los distintos puestos y lo que se hace es dársela a los animales para que consuman y que por lo menos tengan agua.
―¿Ven una situación donde el cambio climático va modificando la distribución y el caudal del agua en la zona?, ¿creen que se complicará sostener la misma forma de vida en el futuro?
Araya.―Creemos que sí, que una de las cuestiones es esa, y aparte esto de considerar al agua como una mercancía, no como un recurso vital para todos. Creemos que también el agua está en pocas manos y no es bien distribuida. Toda la zona que estoy comentando, del Río San Juan y Mendoza, son los humedales del Guanacache. En realidad los humedales del Guanacache están como sitio Ramsar[2], que es una convención que dice que tiene que estar priorizada el agua, y ahora no hay nada, las ciénagas y lagunas ya tienen lugares donde no hay nada de agua. Otra de las cosas que tenemos mucho es que en los campesinos e indígenas se produce un éxodo rural hacia las ciudades y así engrosan las villas miseria. Si los gobiernos de San Juan y Mendoza y los ríos mantienen los caudales mínimos de agua aptos para que las lagunas y las ciénagas estén para garantizar la vida y la economía de las comunidades, creemos que es importante para que no se produzca el éxodo rural. Es una de las cuestiones productivas, uno puede vivir más dignamente en la zona rural produciendo su propio alimento.
―¿Han podido conversar con las comunidades campesinas sobre lo que puede llegar a suceder? Quizás sea necesaria a futuro una inversión fuerte a nivel tecnológico para permitir la vida en el lugar.
Araya.―Me imagino que si logramos poder mantener el caudal mínimo de las lagunas y ciénagas, una de las cuestiones primeras, importante para que la diversidad no se pierda, para que se garantice la vida y la economía de las comunidades, entonces uno va a empezar a poder sobrevivir, a vivir con eso. En realidad, no solamente que podamos vivir, sino garantizar la diversidad de todas las especies que tendrían que estar en este momento ahí y que no están; eso se está perdiendo. Una de las cosas por las que los humedales son tan importantes es por la biodiversidad que tienen y porque te dan más que nada la purificación del agua: si no hay agua ahí no se producen nubes, si no hay nubes no hay lluvias y todo eso hace peor el cambio de clima en esta zona. Lo que queremos en realidad es que los gobiernos de Mendoza y San Juan se hagan responsables y que se pueda trabajar en esto. Después del corte, no se presentó ninguno de los políticos ni ninguna institución involucrada en esto.
* Por Raquel Schrott y Ezequiel Miodownik para la Agencia de Noticias Biodiversidadla.
Notas:
[1] UST de Mendoza, 7 diciembre 2009. «Corte de ruta "El agua no es mercancia"» [Correo electrónico].
[2] La Lista Ramsar de Humedales de Importancia Internacional tiene como principal objetivo crear y mantener una red internacional de humedales que revistan importancia para la conservación de la diversidad biológica mundial y para el sustento de la vida humana. Los 19 sitios Ramsar designados en la Argentina totalizan una superficie de 5.318.376 hectáreas. http://www.ramsar.org
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