POSADAS. Mientras el director Oscar Thomas anunció oficialmente que la hidroeléctrica Yacyretá llegará a cota máxima de 83 metros sobre el nivel del mar, en febrero de este año, la vecina Encarnación todavía tiene un rosario de reclamos hacia la polémica megaobra. Los interminables problemas que provocan el relleno de tierra en la zona baja, la destrucción de calles, pérdida de su trama vial, inundación de algunos sectores del casco urbano, proliferación de aguas estancadas, entre otros inconvenientes son enumerados en un informe del diario paraguayo ABC.
Los trabajos de defensa costera, ejecutados aceleradamente para permitir la elevación del embalse a su cota final de 83 metros apenas si apuntan a evitar que las aguas inunden la ciudad, asegura el diario del vecino país.
Bien lejos está lo que será el trabajo final de la costanera, al punto que todavía ni se conoce el proyecto final de la futura costanera. Si la muestra es el sector de la avenida “Padre Bolik”, inaugurada con bombos y platillos, este es apenas un pálido reflejo que no resiste la más mínima comparación con lo que se hizo en el lado argentino, sostiene el informe.
La antigua estación de trenes de Encarnación, una reliquia arquitectónica y testimonio de un periodo importante del desarrollo económico y social de la ciudad, fue reducida a un montón de escombros. Ni siquiera se tomaron el tiempo de retirar todo antes de que el agua inunde el sector.
La misma desidia culposa, tanto de la EBY como de Ferrocarriles del Paraguay S.A. (Fepasa) se puede apreciar en el triste destino de un vagón de cargas, que estaba en excelentes condiciones de conservación. En lugar de ser rescatado y convertido en una pieza de museo, se lo dejó abandonado y ahora se pudre en el agua, a pocos metros de la ex estación.
Con el sector de los talleres del ferrocarril en Encarnación ocurrió otro tanto. No tuvo la misma suerte que el de la parte posadeña y, tras haber sido desmantelado a medias, el esqueleto de la antigua construcción emerge ahora como una figura fantasmagórica en medio del agua de río que inunda todo el lugar.
Lo más llamativo y lamentable es que este verdadero atentado contra parte de la historia, parte un patrimonio invalorable para la vida de la comunidad, se convierte en basura ante una sociedad anestesiada por la indiferencia y ante la mirada cómplice de sus autoridades, que a lo largo de la historia de Yacyretá han mantenido una suerte de “relación carnal” con un inconfundible tufo a arreglos bajo la mesa con las sucesivas administraciones en la EBY, finaliza la nota de ABC.
Los trabajos de defensa costera, ejecutados aceleradamente para permitir la elevación del embalse a su cota final de 83 metros apenas si apuntan a evitar que las aguas inunden la ciudad, asegura el diario del vecino país.
Bien lejos está lo que será el trabajo final de la costanera, al punto que todavía ni se conoce el proyecto final de la futura costanera. Si la muestra es el sector de la avenida “Padre Bolik”, inaugurada con bombos y platillos, este es apenas un pálido reflejo que no resiste la más mínima comparación con lo que se hizo en el lado argentino, sostiene el informe.
La antigua estación de trenes de Encarnación, una reliquia arquitectónica y testimonio de un periodo importante del desarrollo económico y social de la ciudad, fue reducida a un montón de escombros. Ni siquiera se tomaron el tiempo de retirar todo antes de que el agua inunde el sector.
La misma desidia culposa, tanto de la EBY como de Ferrocarriles del Paraguay S.A. (Fepasa) se puede apreciar en el triste destino de un vagón de cargas, que estaba en excelentes condiciones de conservación. En lugar de ser rescatado y convertido en una pieza de museo, se lo dejó abandonado y ahora se pudre en el agua, a pocos metros de la ex estación.
Con el sector de los talleres del ferrocarril en Encarnación ocurrió otro tanto. No tuvo la misma suerte que el de la parte posadeña y, tras haber sido desmantelado a medias, el esqueleto de la antigua construcción emerge ahora como una figura fantasmagórica en medio del agua de río que inunda todo el lugar.
Lo más llamativo y lamentable es que este verdadero atentado contra parte de la historia, parte un patrimonio invalorable para la vida de la comunidad, se convierte en basura ante una sociedad anestesiada por la indiferencia y ante la mirada cómplice de sus autoridades, que a lo largo de la historia de Yacyretá han mantenido una suerte de “relación carnal” con un inconfundible tufo a arreglos bajo la mesa con las sucesivas administraciones en la EBY, finaliza la nota de ABC.
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